El Hombre del Bosque
MUCHO MÁS QUE UN JUICIO
Como pocas veces me he sentido tan interesado en asistir a un cine para ver una producción como esta, y por una razón muy simple. La pedofilia es uno de los delitos que considero más repugnantes, sobre todo cuando es acompañada por una falsa imagen de normalidad y simpatía por parte de quienes la practican. Sin embargo, hubo algo que me llamó poderosamente la atención por parte de la dirección de Nicole Kassell, la novel directora de El Hombre del Bosque, y es que aparte de darle una mirada femenina a este complejo tema, lo que ella buscó fue dirigir el juicio público de los espectadores hacia el proceso de rehabilitación de un pedófilo, no tanto a su condición de abusador sexual de menores, con todas las aristas que rodean a un personaje como este en medio de su búsqueda de la normalidad. Por más iluso que nos pudiera parecer, una salida exitosa a este tipo de patologías no se ve del todo irreal.
Proveniente del denominado “cine independiente” de los Estados Unidos, este excelente título del 2004 llegó por fin a nuestro país sin ningún bombo y platillo, pero poco a poco ha ido captando la atención de quienes lo han podido ver y apreciar, ya que el boca a boca sigue siendo, salvo escasas excepciones, un arma difícil de contrarrestar por parte de los expertos en marketing. Y si a lo anterior le sumamos la presencia de Kevin Bacon en el rol protagónico, en la que en mi opinión es lejos su mejor actuación hasta la fecha, no estaríamos exagerando si decimos que este puede ser el mejor título norteamericano que nos haya dejado la cartelera en esta primera mitad del año.
Basado en el texto de Steven Fechter, el guión, donde Kasell es coautora, nos presenta a un hombre timorato y desconfiado que llega a una ciudad no especificada para continuar con su vida. El sujeto en cuestión es Walter (Kevin Bacon), un ex convicto que tras doce años recluido por un delito de abuso contra menores, intenta enmendar el camino teniendo que asistir periódicamente a sesiones sicológicas mientras labora en un almacén maderero. Su único objetivo es saber cuando podrá ser un hombre “normal”. Sin embargo, su carácter huraño y reprimido no solo despertará sospechas entre quienes lo rodean, sino que además, provocará el interés sexual de una de sus compañeras de trabajo, curiosamente la menos femenina, Vicky (Kyra Sedgwick).
Pero su relación con esta atractiva mujer, aparentemente normal, no impedirá que los demonios internos de Walter sigan intentando aflorar de tanto en tanto, algo que se ve aún más potenciado al tener en frente de su apartamento un parque infantil, donde para colmo, ha logrado divisar a otro sujeto con características muy similares a lo que fue su pasado. Si a esto se suma el constante acoso de un policía que se resiste a la idea de verlo en libertad, el Sargento Lucas (Mos Def), la intranquilidad mental de Walter tarde o temprano le podría jugar una mala pasada.
Víctima de terceros y de su propio infierno, el personaje de Bacon transita en un laberinto donde nada pareciera que podría resultarle. Su hermana lo desprecia y no quiere volver a saber de él, su cuñado Carlos (Benjamín Bratt) en vano intenta expresarle cierta simpatía y comprensión, cuando en realidad lo único que busca es mantenerlo vigilado y al margen de sus vidas, y lo peor de todo, su vergonzoso pasado delictivo es descubierto en su lugar de trabajo. Solo la presencia y la compañía de Vicky, cuyos sentimientos le hicieron a Walter confesarle él mismo su condición, logran apaciguar en algo una existencia que, en otras condiciones, ningún ser humano lograría tolerar. Las revelaciones tanto de Walter como de Vicky son una clara alusión a los secretos que todos escondemos, y que por más que queramos esconderlos, independiente de su gravedad, siempre estarán ahí para volver a salir, y en ocasiones, para compartir junto a otros.
La extraordinaria dirección de la debutante Nicole Kassell convierte a esta historia en un imperdible de nuestra cartelera. Recreando el tormentoso pasar de un pedófilo en medio de una atmósfera angustiante, la directora sabe llegar a momentos intensos sin jamás llegar a una escena explícita de pedofilia, ni siquiera cuando Walter está a punto de dar rienda suelta a sus instintos mediante una dulce niña a quien conoce en un parque. Ese es sin duda el gran mérito de Kassell, ya que para cualquier otro director hubiera sido muy fácil volver a recrear, de la manera más gráfica posible, la miseria humana que debe cargar de por vida un personaje como Walter, pero en “El Hombre del Bosque” todo queda implícito, por ende el hilo conductor va más por el lado de las percepciones del espectador que por los hechos al filo de la navaja que son presentados.
Quizás el único punto débil de esta cinta sea que busque reivindicar a algunas minorías a través de los personajes más críticos de un enfermo como lo es el personaje de Bacon, en este caso su cuñado Carlos, de origen latino, y dos personajes de color, el sargento que lo hostiga y la mujer que lo delata en su empleo. Sin embargo, pesan más el guión, la dirección, edición y las excelentes actuaciones para recomendar este título a todos aquellos que busquen una historia que va más allá de los predecibles juicios públicos, algo poco habitual en una temática que habla de la condición humana más baja.
Excelente
Ficha Técnica:
Nombre: El Hombre del Bosque (The Woodsman)
Género: Drama
Dirección: Nicole Kassell
Guión: Steven Fechter y Nicole Kassell. Basado en la obra de Steven Fechter
Reparto: Kevin Bacon, Kyra Sedgwick, Benjamin Bratt, Mos Def, Eve, David Alan Grier, Kevin Rice, Michael Shannon, Hannah Pilkes, Joey Hazinsky, Jessica Nagle
Producción: Lee Daniels
Música: Nathan Larson
Fotografía: Xavier Perez Grobet
Montaje: Brian A. kates y Lisa Fruchtman
Vestuario: Frank Fleming
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Duración: 87 minutos
Año: 2004
Link: http://www.thewoodsmanfilm.com/
2 comentarios:
uuuy, no sé si podré ir a verla, porque yo tambien odio a los pedofilos, pero si dices que no hay escenas tan fuertes, pues puede que la vaya ver.
Un besito Jorge, chao.
Claudia
Claudia, tal como lo explico en el comentario, no hay escenas crudas o que perturben al espectador, en especial a los más sensibles, así que dale no más, anda a verla. Aunque como yo detestas a los pedófilos, lo que la directora hace es darle una mirada a un pedófilo y su entorno, no tanto a su patología.
Besos,
JORGE.
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