domingo, febrero 25, 2007

Entre Copas - 'La Cepa Que No Logra Madurar'

... Simplemente magnífica. Paul Giamatti como el reticente depresivo, Thomas Haden Church como el simpático mujeriego y la notable Virginia Madsen como la dulce Maya son definitivamente ganchos imperdibles para esta soberbia historia de reencuentro consigo mismo y con no negarse a la verdad de los hechos...


Entre Copas


LA CEPA QUE NO LOGRA
MADURAR





Comentario publicado en Internet el mismo día 27 de Febrero del 2005, cuando se realizó la 77 Edición de los Premios de la Academia, donde "Million Dollar Baby" de Clint Eastwood ganó como 'Mejor Película' y 'Mejor Director', entre otros premios.

"Entre Copas" solo obtuvo el Oscar a 'Mejor Guión Adaptado', pero según la gran mayoría, y me incluyo, esta fue la cinta que debió ganar.



Cuando uno comienza a hablar de cine independiente lo primero que se viene a la mente es “cine menor”, pudiendo tratarse igualmente de grandes obras cinematográficas en cuanto a guión y actuaciones. De hecho, una de las cintas que compite en la quina a mejor película en los premios Oscar de este año es precisamente una película independiente, dirigida por el estadounidense Alexander Payne, Sideways, que llegó al mercado hispano bajo el título de Entre Copas. Y aunque muy pocos apostarían por este film para que obtenga el codiciado premio de la Academia norteamericana, sin lugar a dudas que estamos frente a una maravillosa cinta que, aunque pudiese pasar como otra comedia más, tiene el mérito de narrar bajo una mirada sutilmente metafórica el conflicto que identificará a cualquier hombre mayor de los treinta años que no haya logrado estabilizar su vida afectiva tras fallidos intentos. Así es, se trata de una clara alegoría a las carencias afectivas de aquellos hombres que ya deberían tenerlo todo en la vida, una vida que fácilmente puede compararse al nacimiento, crecimiento y cosecha de los mejores vinos, los cuales una vez que son servidos en la copa pasan a ser otro más de los protagonistas de este film , porque es bajo su cata que los diálogos van a dando paso a las revelaciones más íntimas de los personajes centrales.

Quizás sea un error identificar al mensaje de esta cinta como dirigido exclusivamente al público masculino, ya que el tema de las carencias puede ser perfectamente recibido por cualquier persona que asista a verla en las salas que actualmente la exhiben, incluyendo por cierto a mujeres y a personas de distintos rangos etáreos, ya que lo más probable es que tras los primeros minutos el público en general comience a empatizar con los protagonistas, Miles Raymond (Paul Giamatti) y Jack Lopate (Thomas Haden Church), una pareja de amigos a simple vista muy dispar, donde el primero de ellos es un rollizo escritor que jamás ha logrado publicar alguna de sus novelas, pero que sin embargo es un experto catador de vinos, un hobbie que lo ha venido perfeccionado durante años.



Miles decide invitar a un viaje por California a su amigo Jack, un actor de spots televisivos que nunca logró despegar y salir de ese trabajo menor para los actores, y que se encuentra ad portas de casarse con una millonaria armenia que le garantiza no solo estabilidad emocional (aparentemente), sino que además económica. Miles pretende que este viaje a los viñedos del valle de Santa Inés les sirva a ambos como fuente de inspiración para sus nuevos proyectos, al divertido Jack como su última “cana al aire” y a Miles como el preámbulo antes de recibir la confirmación que su nueva novela sería editada finalmente. Pero lo que ninguno de los dos podría haber imaginado nunca es que pese a sus diferencias de caracteres (Miles es un depresivo por su fracasado matrimonio, mientras que Jack es un hipersexual vividor) este viaje los uniría como nunca en una misma línea común, ya que mientras Miles trata desesperadamente por equilibrar su vida y sus emociones tratando de mantenerse al margen de cualquier relación amorosa que se asome por ahí, a Jack simplemente le importa un bledo su inminente matrimonio y lo único que quiere es un par de faldas para saciar sus instintos.

Esta aparente dicotomía, unida además al hecho que Jack se conforma con una simple copa de Merlot barato, mientras que Miles se deleita con un refinado Pinot, hará que la historia tenga un cambio desde la segunda mitad en adelante, cuando ya en Santa Inés entren a escena dos sensuales meseras, las que son tan expertas como Miles en la cata del vino. Una de ellas es Stephanie (Sandra Oh), quien gracias a su exótica belleza oriental logrará hacer perder la cabeza a Jack, quien no trepidará en ocultarle su futuro nupcial a cambio de sexo y amor al por mayor. Al parecer para el rubio galán el viaje sí lo hizo encontrar lo que buscaba. Mientras que para el gordito Miles el reencuentro con Maya (Virginia Madsen), una rubia de enigmática mirada y cálido trato significará volver a conectarse con sus emociones más íntimas, las que no siempre afloran de manera civilizada cuando el destino y los recuerdos le pasan una mala jugada.



Es aquí donde los personajes de Miles y Jack terminan brillantemente sus aparentes diferencias, ya que ambos deben reconocer que son carentes de lo mismo: de compañía y afecto del sexo opuesto. Jack lo tenía claro desde antes del viaje, y por cierto, mucho antes de ponerse de novio con una mujer que solo le garantizaba no pasar por necesidades, pero Miles solo lo descubrirá ahora, luego de intentar por varios pasajes que Jack no terminara tan involucrado con Stephanie y que ninguna de las dos amigas se enterara que solo se trataba de un viaje de juerga. Cuando la verdad aflora, y tanto Maya como Stephanie ponen fin a sus relaciones con el par de amigos (una de ellas de manera muy violenta) Miles y Jack son más amigos que nunca, porque ambos terminan por reconocer que a su edad, y tras la vida que han llevado, son solo un par de fracasados en busca de un madero al cual asirse. Realmente asombrosa la manera en que el guión va presentando estos cambios a medida que avanzan los minutos y la historia.

Para quienes se pregunten porqué se le da tanta importancia a los viñedos y a la cata del buen vino, pudiendo pensar que solo sirven de marco para una historia que pudo tener otros decorados, es el personaje de Maya quien logra dar la explicación dentro de la que, en mi opinión, es la mejor escena de esta impecable película, cuando de noche y frente a Miles, sentados frente a frente tras el juego de la seducción, comienzan a confesarse porqué son tan amantes de los vinos, y mientras Miles le da una explicación a todas luces pueril, Maya hace un paralelo entre la vida misma y el ciclo por el que debe pasar la elaboración del vino, desde que es solo una uva en los campos hasta pasar por las manos de quienes la elaboran. Para ella es sorprendente ponerse a pensar en todos aquellos que trabajaron durante años en el vino, el mismo que ahora tiene dentro de su copa. Sin duda una gran simbología entre la maduración de la cepa y la vida de las personas, la de nosotros mismos por cierto, quienes hemos llegado a ser lo que somos después de haber pasado por un largo proceso de maduración.



Simplemente magnífica. Paul Giamatti como el reticente depresivo, Thomas Haden Church como el simpático mujeriego y la notable Virginia Madsen como la dulce Maya son definitivamente ganchos imperdibles para esta soberbia historia de reencuentro consigo mismo y con no negarse a la verdad de los hechos. La actuación de la veterana actriz Marylouise Burke como la madre de Miles también es un punto alto durante la primera parte, aunque escasa en cuanto a minutos. Sin duda que Entre Copas es una de esas historias que no debería dejar pasar ningún soltero o separado que quisiera verse reflejado en la pantalla grande, pues más de alguna lección logrará sacar tras las dos horas de exhibición. La fotografía y la ambientación, con las bellísimas postales de los paisajes californianos como cuadro de fondo, completan el marco para una cita ideal con el cine de personajes que tanta falta nos hace de vez en cuando.

Si fuese por mí, sería entre esta cinta y la magnífica Million Dollar Baby de Clint Eastwood por quienes los miembros de la Academia deberían dividirse los votos para mejor película, porque la historia de este simpático par de amigos no solo consigue volver a reivindicar al cine independiente, más allá de haber ganado el premio Spirit como mejor película, sino que además, de la manera más amena e intensa logra conectarnos con nuestras propias emociones luego de descubrir que tras la verdad, por muy dolorosa que sea, la vida siempre termina por darnos una nueva oportunidad, y hay que saber aprovecharla. Para Miles y Maya al menos así se lo depara este estupendo guión.


Excelente




Nombre: Entre Copas (Sideways)
Género: Comedia Dramática
Formato: DVD
Dirección: Alexander Payne
Guión: Alexander Payne y Jim Taylor. Basado en la novela de Rex Pickett
Reparto: Paul Giamatti, Thomas Haden Church, Virginia Madsen, Sandra Oh, Marylouise Burke, Jessica Hecht, Missy Doty, Alysia Reiner.
Producción: Michael London
Fotografía: Phedon Papamichael
Música: Rolfe Kent
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Duración: 123 minutos
Año: 2004
Link: http://www.foxsearchlight.com/sideways/


Trailer


"Entre Copas", 2do lugar entre las 12 Mejores Películas del 2005

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